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Endodoncia

De estar indicado, un Tratamiento de Conducto realizado a tiempo es la única alternativa viable para evitar la odontectomía o extracción de un diente comprometido.

Una adecuada e inmediata Restauración Post-Endodoncia es el factor clave para prevenir reinfecciones, fracturas y pérdidas dentarias. En muchos casos una corona cerámica será el tratamiento de primera elección.


Dra. Vianka Xaviera Torres

Endodoncista

DENTAL VIP, Especialidades Odontológicas s.c.

Preguntas Frecuentes

Está conformado en toda su extensión por una cavidad o espacio que aloja a un “nervio” o tejido pulpar, y que se divide en dos porciones; la coronaria y la radicular. La porción coronaria se denomina cámara pulpar y aloja a la pulpa coronaria. La porción radicular se denomina conducto radicular, se extiende hasta el vértice o ápice de la raíz y está también ocupada por tejido conectivo especializado o pulpa dental.

Existen dientes monoradiculares, biradiculares y multiradiculares. De acuerdo a la posición que ocupen en la arcada suelen tener una, dos o tres raíces. Dentro de cada raíz puede haber uno o dos conductos.

Generalmente por la sintomatología. El dolor espontáneo, la hipersensibilidad constante a los estímulos térmicos, la molestia por ingesta de azúcares y la presencia de abscesos dentales; suelen ser claros indicios de pulpitis y/o necrosis pulpar.

Es la inflamación de la pulpa dental. Puede ser reversible o irreversible. Se considera irreversible cuando, a pesar de ser vital, la pulpa haya perdido por completo su capacidad de regeneración.

Es la muerte del nervio de un diente como consecuencia final de una inflamación crónica, muy aguda o traumática de su tejido pulpar. Generalmente, el proceso se inicia en la fracción más coronal de la pulpa para luego extenderse a su porción radicular.

Muchas veces es difícil. A menudo es necesario prescribir antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios antes de poder acceder a los conductos. En otros casos, se hace pertinente drenar abscesos y tratar otros procesos apicales como requisito previo de la terapia radicular.

Depende de varios factores. De la sintomatología, de si es pulpa viva o pulpa muerta, de si hay o no presencia de exudado y del número de raíces y conductos a tratar; entre otros. Por norma general, los tratamientos se completan en una, dos o tres sesiones clínicas.

Solo la extracción dental.

¡Por supuesto! Por lo general son tejidos infectados, inflamados o necróticos; sumamente sensibles a la manipulación clínica. Afortunadamente, un buen diagnóstico previo y una adecuada técnica de anestesia local troncular o infiltrativa, serán suficientes para llevar a cabo el procedimiento sin mayor incomodidad para el paciente.

El aislamiento absoluto del campo operatorio permite mantener en todo momento las condiciones de asepsia y facilita los procedimientos de antisepsia. Además de evitar el ingreso de saliva (sustancia rica en bacterias) al interior del conducto, el dique de goma mejora la visibilidad de la zona e impide que el paciente pueda aspirar o deglutir instrumentos y productos químicos durante el tratamiento.


Consiste en determinar la longitud exacta entre la constricción apical de cada conducto y el borde incisal o cara oclusal del diente en tratamiento. Esta medida constituye la longitud de trabajo y debe ser respetada en todo momento para evitar complicaciones y fracasos terapéuticos.

Extirpar la pulpa, eliminar residuos y material necrótico, ensanchar el conducto y darle forma cónica para su completa desinfección y adecuada obturación.

A lo largo de la historia se han utilizado una gran variedad de materiales con tal finalidad; sin embargo, ninguno ha demostrado cumplir con todos los requisitos deseables del material ideal. En la actualidad la gutapercha sigue siendo el más utilizado, un tipo de goma polimérica parecida al caucho y que se extrae de un árbol originario de las islas del archipiélago Malayo. Adicionalmente, se coloca un cemento que garantice el sellado apical; generalmente a base de hidróxido de calcio.

Básicamente por la ausencia de sintomatología y por la evidencia radiográfica. Un Tratamiento de Conducto bien realizado debe reflejar una obturación que se prolongue hasta la constricción apical de la raíz, que carezca de luces en su interior, que tenga cuerpo y volumen suficiente, que sea compacta en toda su extensión y que reproduzca fielmente la forma cónica del conducto que ocupa.

Si el Especialista no está bien capacitado y atento a su trabajo, podría ensanchar en exceso las paredes radiculares y debilitar el diente, podría fracturar instrumentos dentro del conducto, podría crear escalones y falsas vías, perforaciones coronarias, camerales o radiculares; podría impulsar restos necróticos u orgánicos al periápice y generar sub o sobreobturaciones.

Consiste en la extravasación de una pequeña cantidad de sellador o gutapercha hacia la zona periradicular, fuera de la raíz del diente. Afortunadamente, numerosos trabajos científicos avalan el éxito del tratamiento aún en los casos donde se haya producido una pequeña sobreobturación.

El Retratamiento o Reendodoncia es la intervención que se realiza para eliminar el material de relleno que se encuentra en el interior de los conductos de un diente ya tratado para su nueva limpieza, conformación y obturación. En otras palabras, es un nuevo Tratamiento de Conducto en un diente ya endodonciado.

Cuando por alguna razón haya fracasado la terapia endodóntica inicial; o bien, cuando los conductos se hayan vuelto a contaminar. Tal circunstancia suele ocurrir cuando no se confecciona a la brevedad la restauración definitiva, cuando aparezcan nuevas caries, en casos de enfermedad periodontal avanzada o cuando el diente se fisure y sufra alguna pequeña fractura. Cualquiera de estas situaciones podría derivar en una Reinfección.

¡Indudablemente! La pérdida de estructura dentaria coronal y de los mecanoreceptores pulpares los hacen menos flexibles, menos resistentes y más susceptibles a la fractura. Es por ello que de su adecuada e inmediata reconstrucción, dependerán su permanencia y longevidad.

El menor tiempo posible. Mientras un diente endodonciado no se restaure, será propenso a la fractura y reinfección. En aquellos casos de gran destrucción, que ameriten la confección de núcleos o pernos artificiales; recomendamos iniciar la preparación radicular a los dos o tres días de culminada la Endodoncia.


ACUDÍ A LA CLÍNICA PARA EXTRAERME UNA MUELA QUE SE ME HABÍA PARTIDO Y ME DIJERON QUE SERÍA UN GRAN ERROR HACERLO, QUE SE PODÍA SALVAR CON ENDODONCIA. AÚN ESCÉPTICO, INICIÉ EL TRATAMIENTO, Y AHORA LO AGRADEZCO; AUNQUE CON UNA FUNDA CERÁMICA AÚN CONSERVO íntegra MI DENTADURA".

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