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Implantes Cigomáticos

Sin duda, la mejor alternativa para aquellos pacientes con Gran Pérdida de Hueso en sus maxilares y en los que ya no es posible colocar implantes dentales convencionales. “Una solución óptima a un problema complejo”.

El tratamiento con Implantes Cigomáticos es un procedimiento que implica una intervención de Cirugía Maxilofacial, en block quirúrgico de ambiente hospitalario, anestesia general y todos los recursos de soporte vital que; indiscutiblemente, amerita el caso.


Dr. Castor José Garabán Povea

Cirujano Maxilofacial

DENTAL VIP, Especialidades Odontológicas s.c.

Preguntas Frecuentes

En realidad es muy amplia y abarca muchas consideraciones, pero una de las más relevantes es la valoración del estado de la estructura ósea y dental del paciente a través de una tomografía volumétrica en 3D. Esta prueba proporciona al Especialista valiosa información y le permiten; a priori, constatar que la persona realmente no puede ser tratada con implantes dentales convencionales.

En principio, todos aquellos que hayan perdido dientes y mucho volumen óseo en sus estructuras maxilares, y que por supuesto; aspiren a una rehabilitación de mucha más calidad que la que le pueda ofrecer cualquier opción con dentaduras removibles.

Son múltiples, pero entre las más comunes encontramos la edad, la enfermedad periodontal crónica, infecciones de origen odontogénico, accidentes y traumatismos faciales, extracción traumática de dientes y restos radiculares, uso prolongado de dentaduras removibles, quistes e infecciones respiratorias o de senos paranasales, resección de procesos tumorales, y por supuesto; la reabsorción fisiológica a consecuencia del desinterés o imposibilidad de reemplazar en tiempo razonable las piezas dentales perdidas.

Ninguno, siempre y cuando las expectativas de vida de la persona justifiquen la inversión de tiempo y dinero. De hecho, gran parte de nuestros pacientes sobrepasan los 65 años de edad.

¡Extraordinario!, superior al de los implantes convencionales y muy cercano al 100 % de los casos, con una tasa de supervivencia media del 95% a los 10 años.

En lo absoluto, ya que casi siempre se efectúa bajo anestesia general. Además, el postoperatorio suele ser muy llevadero, con pocas molestias y permite que el paciente se reincorpore en muy corto plazo a su vida cotidiana. Aun así, la prescripción de un protocolo analgésico completamente individualizado será de rutina y garantizará un control efectivo del dolor postquirúrgico en los casos más rebeldes.

Ocasionalmente, y solo en condiciones quirúrgicas muy favorables. Sin embargo, para su tranquilidad y la nuestra; en DENTAL VIP jamás desestimamos la delicadeza del procedimiento y siempre preferimos la anestesia general en block quirúrgico y ambiente hospitalario para este tipo de intervenciones.

De aleaciones de titanio para alto rendimiento. El grado de pureza del titanio viene determinado por el porcentaje máximo de oxígeno en el que se produce, siendo el de grado 1 el de mayor pureza; ya que su contenido en oxígeno y hierro es muy bajo. En total y al día de hoy, existen unos 40 grados para denominar las diferentes aleaciones de titanio; que abarcan desde el titanio puro hasta combinaciones con vanadio, paladio, rutenio, aluminio, estaño y molibdeno. Sin embargo, la aleación de titanio grado 5 representa a la fecha más del 50% del uso total de titanio a nivel mundial y se considera un material altamente biocompatible y con cualidades biomecánicas superiores al titanio puro.

En comparación con las tradicionales técnicas de implantología oral, que contemplan heroicas reconstrucciones alveolares con injertos autólogos múltiples, los Implantes Largos ofrecen las siguientes ventajas:

  1. Evitan el alto riesgo de rechazo asociado a los injertos maxilares.
  2. Reducen considerablemente el tiempo total de tratamiento.
  3. Implican un procedimiento mucho más conservador, seguro y predecible.
  4. Mayores probabilidades de éxito, ya que el hueso malar es muy compacto y prácticamente inmune a la reabsorción ósea (no así los injertos).
  5. Menor morbilidad, ya que no es necesario intervenir en regiones anatómicas extraorales para recolectar hueso.
  6. Alta posibilidad de carga inmediata (prótesis fija el mismo día).
  7. Postoperatorio más corto y favorable para el paciente.
  8. Mejor pronóstico a corto, mediano y largo plazo.

Además, el protocolo de Implantes Cigomáticos garantiza la función de barrera, estabilidad biomecánica y correcta distribución de las fuerzas masticatorias a través de los pilares maxilomalares; evitando así las sobrecargas y el fracaso ocasional por fatiga.

La mayoría de los estudios citan a la sinusitis y comunicación bucosinusal como las complicaciones postoperatorias que aparecen con mayor frecuencia, con una incidencia de 4,93 por cada 100 implantes colocados. Sin embargo, se considera una prevalencia tan baja que corrobora aún más la alta tasa de éxito que se consigue con estos implantes. En relación a las contraindicaciones, tenemos que, sin tomar en consideración cualquier condición o enfermedad sistémica que pudiera impedir un acto quirúrgico; son muy pocas, y generalmente todas asociadas a patologías o infecciones preexistentes dentro del seno o antro maxilar. De modo que en algunos casos, la interconsulta y tratamiento previo con un Otorrinolaringólogo pudiera ser imprescindible.


Las 4 técnicas más destacadas son la de Brånemark, la de Stella y Warner (Sinus Slot Technique), la técnica paramaxilar o extrasinusal y la técnica ZAGA (Zygoma Anatomy-Guided Approach). En la técnica clásica o de Brånemark, se colocan los Implantes Cigomáticos maniobrando a través del seno maxilar, hasta alcanzar el arco cigomático. En la de Stella y Warner, se logra una visualización más directa de la base del hueso malar, gracias a la apertura de una amplia ventana en la pared lateral del antro paranasal. En la extrasinusal, los implantes se colocan por fuera del hueso maxilar, sin involucrar al seno; y en la metodología ZAGA, se contempla cualquier combinación posible de las 3 técnicas anteriores, con la finalidad de ejecutar una cirugía más individualizada y adaptada a la anatomía particular de cada persona.

Lógicamente, en función de la complejidad del caso, número de dispositivos a implantar, tipo de abordaje seleccionado, y por supuesto, la destreza del Cirujano; entre 30 y 120 minutos suele oscilar el período de tiempo necesario para anestesiar, hacer incisiones, diseccionar tejidos, estipular medidas y aproximaciones, seleccionar los implantes, fresar y perforar, atornillar, limpiar y suturar la herida.

Este procedimiento, aunque no es exclusivo de nuestra clínica, no es tan común en la práctica habitual; debido a que muy pocos Odontólogos están verdaderamente capacitados para brindar estos tratamientos. La habilidad quirúrgica pertinente para la colocación de Implantes Cigomáticos requiere de un alto nivel de experiencia, impecable dominio de la anatomía de cabeza y cuello y un entrenamiento quirúrgico muy avanzado. De modo que solo un Cirujano Maxilofacial, realmente experimentado; será el profesional indicado.

¡Jamás!, ya que el procedimiento se ejecuta en su totalidad por vía intraoral.

Muy rara vez, y solo en caso de cualquier imprevisto o complicación quirúrgica que requiera de cuidados especiales.

El postoperatorio no suele revestir mayores complicaciones, en tanto que el paciente cumpla escrupulosamente con las indicaciones suministradas. Las pautas a seguir pueden variar según cada intervención, el tipo de abordaje utilizado y las condiciones particulares de cada caso; pero la medicación (antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios), aplicación local de frío, el reposo y la higiene oral son fundamentales para conseguir una recuperación lo más rápida y satisfactoria posible. Usualmente, entre 2 y 5 días es el tiempo que tardan la mayoría de las personas en reiniciar sus actividades habituales.

¡Indudablemente!, tomando en consideración que son hasta 4 veces más largos que los convencionales y se necesita mucho más titanio para su fabricación, requieren quirófano y anestesia general, instrumental y componentes quirúrgicos de diseño avanzado, una intervención de cirugía más larga e invasiva y la participación de un experto Cirujano Maxilofacial.

Usualmente una prótesis híbrida de metal-acrílico o metal-porcelana.

Tradicionalmente así era, ya que fue un procedimiento diseñado a tal fin; con 4 implantes en total, 2 a cada lado del maxilar. Sin embargo, en la actualidad se aplican modificaciones de la técnica original que permiten ubicar el Implante Cigomático o Pterigoideo en una posición adecuada y compatible con una rehabilitación en base a prótesis parcial fija (coronas y puentes cerámicos). De hecho, hoy en día son múltiples las posibilidades que ofrecen estos implantes, desde la colocación de un único dispositivo asimétrico, hasta innumerables combinaciones con implantes convencionales, lógicamente para dar solución a la gran mayoría de los casos, y en algunos; hasta para reducir costes.

Muchas veces sí, ya que el anclaje multicortical y el probado diseño del ápice de estos implantes proporcionan generalmente una gran estabilidad primaria. No obstante, es solo después de la cirugía que se decidirá si se instala una prótesis fija o una convencional con alivios en las zonas donde emerjan las plataformas intraorales. Luego, una vez transcurrido el período de oseointegración; al cabo de 4, 5 o 6 meses, es que se realiza la rehabilitación protésica definitiva.

Básicamente conservarse en buen estado de salud general, practicar muy buena higiene oral y acudir regularmente al Odontólogo. En estos casos, es muy recomendable realizar un seguimiento vitalicio (clínico y radiográfico) del paciente, para poder detectar a tiempo cualquier proceso infeccioso incipiente o desajuste de los componentes protésicos que pudieran generar males mayores. Además, usualmente recomendamos remover la prótesis cada 6 meses para inspeccionar y limpiar los implantes y aditamentos protésicos, el tejido blando que les rodea y la base o cara interna de la estructura protésica.


ESTA TÉCNICA ES UNA VERDADERA BENDICIÓN, Y MÁS AÚN LUEGO DE UNA EXPERIENCIA COMO LA MÍA, EN LA QUE POR DESCONOCIMIENTO O DESIDIA; UN ODONTÓLOGO DE MI PAÍS ME CONDENÓ A USAR POR AÑOS UNAS DENTADURAS REMOVIBLES QUE NO SE SUJETABAN POR NADA DEL MUNDO".

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