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Odontología General

El Mejor Tratamiento de Cualquier Enfermedad es su Prevención y nuestro principal objetivo debe ser el de interponer barreras biológicas que verdaderamente interfieran con su desarrollo.

Desafortunadamente, la Caries Dental representa un serio problema de salud pública en nuestro medio; por cuanto más del 98% de la población Venezolana la ha padecido, padece o padecerá en algún momento de su vida.


Dra. Vianka Xaviera Torres

Odontólogo General - Endodoncista

DENTAL VIP, Especialidades Odontológicas s.c.

Preguntas Frecuentes

Las patologías bucodentales más frecuentes son las caries y las afecciones periodontales (gingivitis y periodontitis). Luego, en menor grado; las enfermedades infecciosas de origen bacteriano, los traumatismos físicos, las lesiones congénitas y el cáncer de boca. Según la Organización Mundial de la Salud entre el 60% y el 90% de los niños en edad escolar y cerca del 99% de los adultos padecen de caries dental, a menudo acompañada de dolor o sensación de molestia.

Aunque el componente genético es determinante, la incidencia de enfermedades bucodentales puede reducirse de forma considerable controlando los factores de riesgo ya conocidos. El control de la placa dental mediante la práctica constante de una correcta técnica de higiene oral, la reducción de la ingesta de azúcares, la alimentación bien equilibrada rica en frutas, verduras y fibra, la reducción del consumo de alcohol, el cese del hábito tabáquico, los controles profesionales periódicos y las aplicaciones tópicas de flúor; impactarán favorablemente en la aparición y prevalencia de caries, periodontopatías y neoplasias bucales.

La placa dental o bacteriana es una sustancia pegajosa blanco-amarillenta que se adhiere con facilidad a los dientes y que acumula muchas especies de microbios (aerobios y anaerobios) dentro de una matriz intercelular de origen orgánico. La placa se forma a partir de los restos alimenticios que no hayan sido removidos y que sirven de sustrato perfecto para la colonización y multiplicación de bacterias. La importancia de su control radica en el hecho de que es la principal causante de las dos infecciones más habituales de la cavidad bucal: la Caries Dental y la Enfermedad Periodontal.

El cálculo dental, también conocido como piedra, sarro o tártaro dental, es el resultado de la solidificación de la placa bacteriana por la precipitación y acumulación progresiva de sales minerales; calcio y fósforo principalmente. Por ser una materia mineralizada, rugosa y firmemente adherida a los dientes, aloja y retiene enormes cantidades de placa bacteriana en su superficie, y a diferencia de ella; no puede ser removida por el cepillo dental. Solo una limpieza profesional podrá eliminarlo.

¡En lo absoluto! Aunque tal fenómeno podría deberse a una condición de orden sistémico, la causa habitual obedece a la acumulación crónica de placa dental que genera una entidad patológica inflamatoria reversible conocida como Gingivitis, pero que agravada; conduce a la formación de sarro, sacos patológicos, resorción del hueso alveolar y caída de los dientes (Periodontitis). La hemorragia de origen gingival es el signo más evidente de la llamada Enfermedad Periodontal.

La halitosis, también conocida como mal aliento, se define como el conjunto de olores desagradables que se emiten por la boca. Es un problema que afecta a una de cada tres personas y está asociado con una higiene bucal deficiente o con enfermedades de la cavidad oral; aunque en ocasiones, puede ser manifestación clínica de alguna otra enfermedad de corte sistémico o gastrointestinal.

Aquella que se practica religiosamente después de cada comida y que contempla el uso del cepillo convencional, cepillo interproximal, hilo dental y enjuague bucal. Un cepillado óptimo toma al menos tres minutos de tiempo y para realizarlo adecuadamente debemos colocar las cerdas sobre la superficie dental y su encía contigua con una angulación de 45 grados, para luego; aplicar movimientos horizontales cortos y suaves prestando especial atención a la interfase diente-encía, a los dientes posteriores de difícil acceso y a las zonas donde haya obturaciones, coronas, aparatos de ortodoncia o implantes dentales. Jamás olvide cepillar su lengua.

Definitivamente ambos son efectivos, con ambos tipos se puede alcanzar un cepillado dental óptimo y eficaz. Puede utilizar el que más le acomode, siempre y cuando la técnica sea adecuada. Los cepillos eléctricos pueden funcionar mejor que los manuales en personas con destreza limitada, artritis, enfermedades degenerativas, mentales o que comprometan la capacidad motriz.

Normalmente se recomienda una vez al año. Afortunadamente, el proceso de desarrollo de caries y sarro es relativamente lento si se practica una higiene oral razonable; por lo que un control cada 12 meses será adecuado para prevenir enfermedades, detectar y tratar lesiones incipientes y mantener sanos boca, dientes y encías. Sin embargo, para algunas personas con patologías preexistentes, rehabilitaciones orales extensas, implantes dentales, tratamientos de ortodoncia o malos hábitos; es posible que sea necesaria una frecuencia mayor, que puede oscilar entre 2 y 4 veces al año. Un caso típico es el de aquellos pacientes que sufren de gingivitis o periodontitis crónica, y que suelen requerir de una terapia permanente de soporte periodontal.

Porque exponen detalles que no son accesibles al ojo humano. Solo a través de las imágenes radiológicas podremos detectar las muy frecuentes caries proximales (las que se forman en las superficies de contacto de los dientes), las alteraciones y resorciones del hueso alveolar e interproximal, las enfermedades periodontales, las afecciones pulpares y periapicales, las reabsorciones radiculares, los dientes incluidos, los tumores y quistes odontogénicos y las restauraciones defectuosas o permeables; entre otras anomalías. Un Diagnóstico sin el soporte de la evidencia radiográfica dejará siempre mucho que desear.


Es lo que se conoce popularmente como “limpieza dental”. La tartrectomía es un procedimiento operatorio que consiste en la eliminación mecánica de todo el cálculo y placa dental acumulada en los dientes, margen gingival y espacios interdentales; mediante el uso de aparatos ultrasónicos e instrumentos odontológicos especiales. Debe practicarse periódicamente, cada 6 o 12 meses, ya que existen zonas en la boca a las que ni siquiera un correcto cepillado es capaz de llegar.

Tanto los dientes naturales como los artificiales sufren desgaste, y con el tiempo, adquieren ciertas rugosidades en sus capas externas que es recomendable eliminar. Existen diversas técnicas para ello que aportan no solo un beneficio estético, sino también higiénico y funcional; ya que una superficie lisa y pulida retiene menor cantidad de placa dental y es entonces más fácil de abordar y limpiar.

Este elemento químico otorga tres beneficios principales: aumenta la resistencia del esmalte, es antibacteriano y promueve la remineralización. Los fluoruros inhiben directamente la formación de ácidos bacterianos y contribuyen a la incorporación de iones de calcio y fosfato en el esmalte, disminuyendo su susceptibilidad a la caries dental. Normalmente se aplican en forma de gel con el uso de cubetas especiales y directamente sobre la superficie dental.

Si no son removidas periódicamente, las bacterias contenidas en la placa dental generan potentes ácidos orgánicos que atacan y desmineralizan los tejidos duros o inorgánicos de los dientes susceptibles. Así, en la superficie del esmalte, podrán formarse surcos y grietas que propiciarán la entrada de nuevas bacterias y la proliferación de mayor cantidad de placa bacteriana. Este proceso de desmineralización puede ser reversible en las primeras fases; sin embargo, el ataque continuado de los ácidos conducirá a una mayor destrucción del esmalte dental y a la creación de cavidades en la superficie del diente que podrían llegar a la dentina, e incluso; a la pulpa dental, comprometiendo entonces su vitalidad.

Depende del desarrollo, extensión y profundidad de las mismas. Si es incipiente o moderada se elimina todo el tejido infectado y se obtura la cavidad con un material especial, generalmente a base de Composite o Resina Fotocurada. En estados más avanzados la caries suele afectar a la pulpa dental o nervio del diente, y es entonces necesario realizar un Tratamiento de Conducto. Además, después de la Endodoncia; suele indicarse una Incrustación o Corona Cerámica para proteger la estructura dental remanente debilitada y evitar su fractura.

Aunque la aparición de nuevos materiales adhesivos para obturación directa ha sido muy beneficiosa desde el punto de vista estético, de ninguna manera afectan la pertinencia e indicación de otros materiales tradicionales todavía más resistentes, más duraderos y más económicos. Es el caso de la amalgama de plata, que indudablemente sigue siendo la mejor opción en situaciones donde los dientes restaurados, por el tipo de oclusión o mordida; queden expuestos a fuerzas o sobrecargas considerables, tal y como ocurre con muchos dientes posteriores, a nivel de molares.

Son materiales sintéticos mezclados heterogéneamente para formar un solo compuesto de elementos variados. Se utilizan en Odontología para obturar dientes porque son muy estéticos, y además; porque se adhieren micromecánicamente a su superficie mediante la técnica de grabado ácido. Las Resinas Compuestas constan de un componente orgánico polimérico llamado matriz y un componente inorgánico que actúa como mineral de relleno. Generalmente son fotosensibles y se utiliza luz halógena para su colocación.

La respuesta es muy sencilla: cuando exista sensibilidad dental, cuando el material esté deteriorado, roto o fracturado; cuando se observe filtración marginal y/o caries de recidiva o cuando tras un estudio radiográfico se detecte un área radiolúcida coronal que sugiera una falla de tipo cohesivo.

El Bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes sin propósitos funcionales. Afecta a entre un 10% y un 20% de la población; pudiendo generar dolor de cabeza, dolor de los músculos masticatorios, cuello y oído. El rechinamiento, si no es tratado a tiempo, puede llegar a desgastar o fracturar los dientes por completo; comprometiendo la estética y la función oclusal de la persona.

La férula oclusal, de descarga, estabilización o desprogramación; es un dispositivo de resina acrílica transparente, duro, hecho a medida y que se coloca en la arcada superior o inferior (según las características del caso) del paciente, y que sirve para el tratamiento paliativo del Bruxismo y para reducir la hiperactividad muscular asociada con los trastornos oclusales, funcionales e inflamatorios de la articulación temporomandibular (ATM). También, la indicamos de rutina como aparato protector en pacientes con rehabilitaciones fijas extensas o implantoasistidas.


EXCELENTES PROFESIONALES, MUY DETALLISTAS A LA HORA DE DIAGNOSTICAR Y CON MUY BUENA DISPOSICIÓN PARA EXPONER AL PACIENTE LOS PROBLEMAS DENTALES DETECTADOS Y LOS PROCEDIMIENTOS PERTINENTES PARA SU INMEDIATA CORRECCIÓN. FORMAN UN EQUIPO DE PRIMER NIVEL".

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