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Periodoncia

La causa principal de la Periodontitis es la placa dental, un acúmulo de restos alimenticios y bacterias que se deposita sobre la superficie de dientes y encías cuando la persona carece de una adecuada técnica de higiene oral.

La evidencia científica actual vincula a las Enfermedades Periodontales (EP) con otras patologías sistémicas como diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, neumonía, artritis reumatoide, insuficiencia renal, obesidad, síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular isquémica y trastornos del embarazo.


Dr. Javier Martínez Téllez

Odontólogo General - Periodoncista

DENTAL VIP, Especialidades Odontológicas s.c.

Preguntas Frecuentes

En condiciones de normalidad, la encía es fina, delgada, resiliente, firmemente adherida al tejido óseo subyacente y dispuesta de tal forma que contornea fielmente a la superficie cervical de los dientes; conformando un festoneado bien definido. Debe cubrir la totalidad de la raíz, ser de color rosa coral y poseer una textura superficial puntillada muy similar a la cáscara de una naranja.

Aunque su clasificación científica es sumamente amplia y compleja, bastaría con saber que de todas las enfermedades periodontales la gingivitis es la más común, leve y de mejor pronóstico; ya que su evolución solo afecta a la encía marginal y sus daños son totalmente reversibles. Pero si no es tratada a tiempo, avanza y ataca al hueso alveolar; causando infección, reabsorción y pérdida del mismo (Periodontitis) con formación de bolsas o sacos periodontales, pus y recesión de la encía. Al perder su hueso de sostén, los dientes se van aflojando progresivamente hasta caerse. A pesar de que la Periodontitis puede ser localizada o generalizada, crónica, agresiva, necrotizante, asociada a enfermedades sistémicas, a fármacos, a lesiones endoperiodontales o a otras afecciones adquiridas; lo más importante es que el Especialista sepa reconocer a cuál de las variantes se enfrenta para poder instaurar un tratamiento periodontal adecuado, eficaz y que ofrezca las mayores posibilidades de éxito.

Son en esencia de etiología infecciosa. Aunque la acumulación de placa bacteriana en los dientes es determinante para el inicio y progresión de la enfermedad periodontal, su gravedad y respuesta al tratamiento será el resultado de la interacción de gran cantidad de factores modificadores, contribuyentes y/o predisponentes. Así, que al final; podemos afirmar que es una patología de origen multifactorial.

Con excepción de la gingivitis, las enfermedades periodontales rara vez se diagnostican antes de los 15 años de edad, aunque de hacerlo, es bajo formas muy severas y agresivas que amenazan seriamente a la dentición, e incluso; a la salud general del niño. Normalmente aparecen en adultos, iniciando sus primeras manifestaciones a temprana edad; en torno a los 25 años. Cuanto más joven sea el individuo al momento de aparecer, más severa será probablemente su evolución y complejo su tratamiento. Es indudable que la incidencia de periodontopatías guarda una relación directamente proporcional con la edad de las personas.

El tabaco, el alcohol y el estrés. También algunos medicamentos y enfermedades sistémicas como diabetes, osteoporosis o estados de inmunosupresión severa. Las restauraciones defectuosas, sobrecontorneadas o mal ajustadas, los dientes torcidos o apiñados (maloclusiones) y la mala higiene oral; son también factores que desencadenan y estimulan el potencial patógeno de las enfermedades periodontales.

El embarazo causa muchos cambios hormonales que aumentan exponencialmente el riesgo de padecer enfermedad periodontal en la mujer, y esta a su vez; se asocia con preeclampsia, bajo peso del bebé al nacer y nacimiento prematuro. La enfermedad periodontal, al suponer un depósito de microorganismos y sus productos tóxicos; puede desencadenar una respuesta con riesgo sistémico. Por tanto, las mujeres expectantes deben siempre procurar el tratamiento inmediato para la enfermedad periodontal y así reducir el riesgo de complicaciones pre y postnatales.

Mantener las encías sanas a lo largo de la vida no debería ser tan difícil como parece. Solo hace falta constancia en la higiene y cuidado de nuestra boca, para evitar la formación de sarro y placa bacteriana. Además, son indispensables las visitas periódicas al Odontólogo para lograr una limpieza más profunda, sobre todo en aquellos lugares de difícil acceso tanto para los cepillos como para el hilo dental.

Los signos más evidentes son el sangrado espontáneo o al cepillado, la aparición de pus con mal sabor u olor de boca, enrojecimiento o retracción de la encía, cambio en la posición de los dientes, sensibilidad, dolor y movilidad dental. El diagnóstico definitivo deberá ser siempre concretado por el Odontólogo luego de realizar un examen clínico minucioso y un estudio radiológico completo.

Depende de la variante. La gingivitis es totalmente reversible y curable. Sin embargo, las diferentes formas de periodontitis causan daños irreversibles en el aparato de inserción dental. Considerando a las variantes moderadas y avanzadas de la EP como entidades crónicas y controlables, pero con alto riesgo de recurrencia; es difícil hablar de curación total. Un paciente con periodontitis, aparte de aprender, dominar y aplicar a conciencia las diversas técnicas de higiene oral, debe mantener un control periódico de por vida con su Periodoncista, para estabilizar su condición en el tiempo y lograr lo que hoy en día conocemos como un “periodonto sano reducido”; un periodonto afectado hasta cierto punto pero con capacidad de regeneración y sin evidencia de enfermedad activa. Bajo esta condición, se podrá conservar la dentición natural por muchos años más.

En algunas ocasiones los defectos producidos en el hueso maxilar por la enfermedad periodontal reúnen unas características muy específicas que posibilitan su regeneración ósea. Los procedimientos de regeneración tisular guiada se aplican de diferentes maneras, bien en forma de material de relleno, de membranas reabsorbibles o con sustancias derivadas de las proteínas orgánicas que estimulan el crecimiento óseo. Estos procedimientos son complejos y requieren de una alta cualificación profesional, pero reiteramos; no son posibles más que en algunas ocasiones muy puntuales, generalmente en defectos verticales bien definidos.


La movilidad suele persistir a pesar del tratamiento periodontal porque, lamentablemente; el nivel general de hueso jamás se recupera. Los dientes que presenten movilidad al momento del diagnóstico podrían perderse a corto o mediano plazo a pesar del tratamiento, y es la razón que justifica la necesidad de realizar un diagnóstico y control precoz de la enfermedad.

Los antibióticos son sustancias capaces de eliminar o inactivar bacterias, y la enfermedad periodontal como infección; es susceptible a sus mecanismos de acción. No obstante, y debido a su carácter crónico, no es viable usarlos de forma continua en casos de periodontitis; pues su uso prolongado generaría resistencia bacteriana y efectos secundarios inaceptables sobre el organismo. En la actualidad, se recomienda utilizar antibióticos solo contra las variantes más agresivas, en fase aguda, por un lapso de tiempo bien definido y siempre con la ayuda de un cultivo y antibiograma que nos revele el fármaco más efectivo para cada situación particular.

La profilaxis, limpieza o tartrectomía son la misma cosa, son tres términos que se utilizan indistintamente para referirse a la eliminación profesional de la placa y sarro supragingival; aquel que es visible y que se forma sobre la superficie expuesta del diente, por encima de la encía. Sin embargo, en los pacientes con pérdida ósea debemos hacer una limpieza mucho más profunda que elimine las bolsas o sacos periodontales, el sarro que se encuentre en su interior y el cemento radicular infectado. A ese procedimiento se le conoce como raspado y alisado radicular. Otra variante es el curetaje periodontal, una técnica quirúrgica que va más allá y que no solo elimina el cemento infectado; sino también parte del tejido blando de la pared de la bolsa periodontal. Es una técnica que actualmente se emplea solo en situaciones muy particulares.

En condiciones de salud, la encía se une al diente mediante una inserción epitelial formando un surco (surco gingival) de entre 1 y 3 mm. de profundidad. Una bolsa es una lesión degenerativa del periodonto, un espacio anormal (mayor a 4 mm.) que se forma entre la encía y el diente, a nivel del surco gingival; como consecuencia de la acumulación constante de placa y bacterias por debajo de la encía. Por su profundidad, la presencia de sacos patológicos imposibilita por completo la remoción de la placa dental por parte del paciente y favorece la formación de sarro, la destrucción del hueso de soporte y el agravamiento de la enfermedad periodontal.

Un colgajo periodontal es una porción de encía que se separa quirúrgicamente de los tejidos subyacentes para permitir el acceso, visibilidad y limpieza del hueso y superficies radiculares. Le podríamos considerar en esencia como un curetaje subgingival abierto. Es uno de los tratamientos más utilizados en la periodontitis avanzada y tiene por objetivos básicos remover el cálculo y la placa de zonas inaccesibles, eliminar o reducir las bolsas periodontales, procurar un contorno tisular más favorable e incrementar la cantidad de encía adherida. Además, en algunos pacientes con retracciones severas, raíces expuestas o lesiones mucogingivales; un colgajo nos permite desplazar la encía a diferentes posiciones para corregir lesiones por defecto.

Las técnicas quirúrgicas disponibles en la actualidad solo permiten injertar hueso en algunos tipos de lesiones periodontales y, muchas veces; tan solo de forma parcial. Los únicos defectos en los que la literatura científica ha demostrado la efectividad de los injertos son las lesiones de tipo vertical (defectos circunscritos de 1, 2 o 3 paredes) y las de furca en molares inferiores. Lamentablemente, los procedimientos regenerativos fracasan cuando se intentan tratar lesiones de tipo horizontal (las más comunes en la enfermedad periodontal) o cualquier defecto de furca en molares superiores. Por el contrario, los injertos óseos son sumamente efectivos para aumentar la cantidad y calidad del hueso en el lecho receptor como procedimiento previo a la colocación de implantes dentales.

Lo primero, antes de realizar cualquier tipo de intervención quirúrgica, es eliminar la causa que ha provocado la retracción de la encía: el cepillado agresivo, consumo excesivo de sustancias ácidas, trauma oclusal, hábitos parafuncionales y/o cúmulo permanente de irritantes locales (placa bacteriana y cálculo dental). Luego, se da continuidad al tratamiento con cirugías mucogingivales como los colgajos de avance coronal para “estirar” la encía y cubrir la raíz expuesta y/o con injertos conectivos sub-epiteliales tomados de la mucosa palatina.

Es aquella fase de la terapia periodontal durante la cual la enfermedad es monitoreada para controlar sus factores etiológicos y de riesgo. Es considerada desde el punto de vista clínico, una terapia activa; que debe tener la misma atención e importancia profesional que la terapia inicial o de ataque. Su principal objetivo es el de prevenir la progresión y recurrencia de la enfermedad periodontal en pacientes que han sido tratados previamente. Usualmente requiere de visitas periódicas, cada 3 meses al principio; para descartar la presencia de irritantes locales, signos clínicos de inflamación y constatar el pleno dominio y ejecución de las diferentes técnicas de higiene oral.

Si Usted acudió tarde al tratamiento o si su periodontitis no se pudo controlar adecuadamente, es posible que pierda o haya perdido dientes como consecuencia de la misma. En tal caso, es conveniente que los reponga de inmediato para evitar sobrecargas funcionales de los que aún permanecen en boca; hecho que aceleraría considerablemente la evolución general de la enfermedad. La mejor manera de reponer sus dientes es mediante prótesis fija, ya que las prótesis removibles habitualmente perjudican a la encía y a los dientes naturales remanentes; por lo que se deben colocar solo si no existe la posibilidad de confeccionar una fija.

¡Por supuesto que sí!, y es de hecho la alternativa ideal, pero nunca en casos de enfermedad periodontal activa. Primero es necesario tratarla y controlarla para que los implantes se comporten igual y tengan las mismas probabilidades de éxito que en un paciente sano. Si tomamos en consideración, que desde el punto de vista periodontal, los implantes dentales están sometidos a los mismos riesgos de infección que los dientes naturales; entenderemos por qué es fundamental, para evitar que los implantes corran la misma suerte, que una persona que haya perdido sus dientes por carencias de higiene oral se entrene y capacite a conciencia en las técnicas de cepillado y uso del hilo dental.


HABÍA IDO A VARIOS ODONTÓLOGOS Y JAMÁS ME DIJERON QUE SUFRÍA DE LAS ENCÍAS. COMO SABÍA QUE ALGO NO ANDABA BIEN, VISITÉ DENTAL VIP EN BUSCA DE UNA NUEVA OPINIÓN. ME HICIERON UN ESTUDIO RADIOGRÁFICO COMPLETO Y ME ENCONTRARON PERIODONTITIS MODERADA. ¡AFORTUNADAMENTE YA ESTOY EN TRATAMIENTO!".

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